El Real Madrid dio anoche un gran paso hacia las semifinales de la Champions League tras aplastar al Tottenham por 4-0. La noche empezó de maravilla con un golazo de Manolito a la salida de un corner en el minuto 5 de partido. Todo parecía ir sobre ruedas y más que iría cuando a los 15 minutos de juego Crouch se fue a la calle por dos entradas absurdas a destiempo que terminaron con el larguirucho delantero en las duchas. En ese momento Redknapp no sabía si conformarse con el 1-0 o intentar ir a por el partido.
Optó por lo primero. Replegó filas y ordenó a sus jugadores defender y salir a la contra. Estuvo a punto de salirle bien en un par de ocasiones. Bale se cambio a su banda natural, la izquierda, y parecía un puñal que iba a hacer sangre al Madrid y a Ramos. En una subida loca del sevillano Bale le cogió la espalda y tuvo que ir Pepe al rescate. El luso al suelo y amarilla que le impedirá jugar la vuelta en Londres. No sería la única que tendría el galés, que a punto estuvo de batir a Casillas en otro balón largo que se marchó rozando el palo de Iker.
Pero hasta aquí llegaría el Tottenham. Con un menos y ante el Madrid sólo pudo aguantar lo que le permitió el cuerpo. No quiso hacer sangre el equipo blanco en la primera parte y sorprendentemente no metió una marcha más que acabara con la eliminatoria. Afortunadamente tras el paso por vestuarios y las arengas de José Mourinho el conjunto madridista fue otro. Salió desde el primer minuto de la segunda parte a dejar todo visto para sentencia.
Una buena jugada de Marcelo por la izquierda, está que se sale el brasileño, la remataría Manolito a la escuadra de soberbio cabezazo para hacer el segundo de la noche. Respiraba tranquilo el Bernabéu con este segundo tanto. A partir de ahí el estadio fue una fiesta constante como hacía tiempo que no se veía. La gente empezó a corear "Manolito oe, Manolito oe, Manolito oe..." y las gradas por fin veían un equipo que les ilusiona y les hace soñar con otra Copa de Europa, la décima para el equipo blanco.
Aun faltarían dos goles más, el primero de ellos antológico. Balón suelto que coge Di María desde el borde del área, caracolea hacia dentro y zurdazo por toda la escuadra de Gomes que sólo puede observar como entra ese obús quitando las telarañas. El argentino se tiró al suelo a comerse la hierba y las gradas ya cantaban "¡¡que vote el Bernabéu!!". Se estaba gustando el Madrid que no cesaba en su empeño de meter más tantos y dejar la eliminatoria sentenciada.
Manolito se llevó la gran ovación de la noche cuando fue sustituido por Higuaín. El togolés tiene el cariño del público y con goles como los de ayer más todavía. También saltaría al campo Kaka tras sus misteriosas lesiones y le daría tiempo de poner un pase preciso a Cristiano Ronaldo que engancharía de volea el cuarto de la noche con la inestimable colaboración de Gomes que puso las manos de mantequilla.
Cuatro cero y una ilusión puesta en semifinales ante el ganador del Barcelona- Shaktar, aunque todavía hay que jugar la vuelta en White Hart Lane. El madridismo tiene más que nunca motivos para estar orgulloso y ser optimista de cara a conseguir su ansiada décima Copa de Europa.
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