Después de 38 jornadas y el maratón de clásicos entre Barcelona y Madrid, la distancia entre ambos se hace cada vez más pequeña. Si los hombres de Guardiola se alzaban con el campeonato domestico a falta de dos jornadas para su conclusión, antes el pelotón de Mou conquistaba 18 años después una Copa del Rey que se le resistía desde tiempos de la Quinta del Buitre. Además no hay que olvidar que los azulgranas se disputan el próximo 28 de mayo su tercera final de la Champions en 6 años tras los polémicos arbitrajes de Starks en el Bernabéu y De Bleeckere en el Camp Nou, que pusieron su inestimable colaboración para que los azulgranas se jueguen la cuarta orejuda de su historia, ¿por qué?
Villarato o Platinato a parte, o como quieran llamarlo, esta temporada ha supuesto un antes y un después en el equipo blanco. La llegada de Mourinho ha agitado los cimientos del club desde el primer día hasta el último. Ni Valdano se salva de la quema. El luso ha estado toda la temporada de polémica en polémica captando madridistas por el camino en su lucha contra el mundo. La afición le adora, sus rivales le odian, pero a él le da igual. Él es así, no es hipócrita y es un entrenador “de títulos” como diría nuestro amigo Johan. Este año ha conseguido uno, menor si lo quieren denominar así, pero dejando por el camino a Atlético, Sevilla y al todopoderoso Barcelona de Pep.
José Mourinho dando instrucciones |
La próxima temporada nace con la esperanza de poder quitar el trono de la Liga BBVA a los culés y alzarse al fin con la ansiada “Décima”. Para ello ya tiene atados a dos nuevos soldados, Sahin y AltinTOP, como le gusta a José. Veremos si con ellos y algún retoque más da para superar al mejor Barça de la historia, Messi mediante, y devolver a la senda de los triunfos al mejor club del siglo XX. Pero habrá que esperar un par de meses para ello, antes turno para la Champions, el titulo más importante de todos entre dos de los mejores equipos del mundo, Barça y Manchester United. Lástima que no esté el equipo de Mou…¿por qué?